El enfoque sistémico

por Emiliano Rodríguez Briceño
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Primera parte

En las pláticas, presentaciones y escritos preparados sobre los organismos operadores de agua potable y saneamiento se han mantenido dos ideas centrales:

  • Un organismo es tan fuerte como su parte más débil
  • Los costos solo pueden considerarse sostenibles, si son resultado de considerar costos de todas las funciones necesarias del organismo operador, se realicen o no, y no solo tomar en cuenta los derivados de sus egresos actuales

Estos dos conceptos se derivan de ver al organismo como un sistema dentro de su entorno global. También hemos planteado en diversas ocasiones, que la forma de poder diagnosticar en forma correcta la situación de los organismos operadores, tomando en cuenta la gran diversidad de estructuras administrativas adoptadas para sus funcionamientos, es utilizando un enfoque sistémico, es decir, considerándolos a cada uno, como un sistema o macrosistema insertado en su entorno y formado a su vez, por sistemas componentes o subsistemas, sin tomar en cuenta en primera instancia, su estructura orgánica.

Este enfoque, en la forma que lo utilizamos para los sistemas de agua potable y saneamiento, fue formulado originalmente por técnicos de la Organización Panamericana de la Salud en los trabajos realizados en Brasil en la década de los 70s del siglo pasado, en la que se dio un gran impulso al desarrollo institucional, de los organismos operadores, y cuyas técnicas promovió la OPS en toda América Latina. El enfoque está derivado de la teoría general de sistemas y es interesante conocer sus planteamientos generales, aunque no se pretenda hacer un tratado exhaustivo de la materia.

Se conoce como “teoría general de sistemas” a un conjunto de aportaciones interdisciplinarias que tienen el objetivo de estudiar las características que definen a los sistemas, es decir, entidades formadas por componentes interrelacionados e interdependientes.

Una de las primeras contribuciones a este campo fue la teoría general de sistemas de Ludwig von Bertalanffy. Este modelo ha tenido una gran influencia en la perspectiva científica y sigue siendo una referencia fundamental en el análisis de sistemas, como pueden ser las familias y otros grupos humanos.

La teoría de sistemas de Bertalanffy

El biólogo alemán Karl Ludwig von Bertalanffy (1901-1972) propuso en 1928 su teoría general de sistemas como una herramienta amplia que podría ser compartida por muchas ciencias distintas.

Esta teoría contribuyó a la aparición de nuevo paradigma científico basado en la interrelación entre los elementos que forman los sistemas. Previamente se consideraba que los sistemas en su conjunto eran iguales a la suma de sus partes, y que podían ser estudiados a partir del análisis individual de sus componentes; Bertalanffy puso en duda tales creencias.

Desde que fue creada, la teoría general de sistemas ha sido aplicada a la biología, a la psicología, a las matemáticas, a las ciencias computacionales, a la economía, a la sociología, a la política y a otras ciencias exactas y sociales, especialmente en el marco del análisis de las interacciones.

“Definiendo los sistemas

Para este autor el concepto de “sistema” se puede definir como un conjunto de elementos que interactúan entre ellos. Estos no necesariamente son humanos, ni siquiera animales, sino que también pueden ser ordenadores, neuronas o células, entre muchas otras posibilidades.

Los sistemas se definen por sus características estructurales, como la relación entre los componentes, y funcionales; por ejemplo, en los sistemas humanos los elementos del sistema persiguen un fin común. El aspecto clave de diferenciación entre los sistemas es si estos están abiertos o cerrados a la influencia del entorno en que se sitúan.

Tipos de sistema

Bertalanffy y otros autores posteriores han definido distintos tipos de sistema en función de características estructurales y funcionales. Veamos cuáles son las clasificaciones más importantes.

Sistema, suprasistema y subsistemas

Los sistemas se pueden dividir en función de su nivel de complejidad. Los distintos niveles de un sistema interactúan entre ellos, de modo que no son independientes unos de otros.

Si entendemos por sistema un conjunto de elementos, hablamos de “subsistemas” para referirnos a tales componentes; por ejemplo, una familia es un sistema y cada individuo en ella es un subsistema diferenciado. El suprasistema es el medio externo al sistema, en el que éste se encuentra inmerso; en los sistemas humanos es identificable con la sociedad.

Cerrados y abiertos

Para Bertalanffy el criterio básico que define a un sistema es el grado de interacción con el suprasistema y otros sistemas. Los sistemas abiertos intercambian materia, energía y/o información con el entorno que los rodea, adaptándose a éste e influyendo en él.

En cambio, los sistemas cerrados se encuentran teóricamente aislados de las influencias ambientales; en la práctica se habla de sistemas cerrados cuando están altamente estructurados y la retroalimentación es mínima, puesto que ningún sistema es completamente independiente de su suprasistema.

Propiedades de los sistemas abiertos

Aunque también se han descrito las propiedades de los sistemas cerrados, las de los abiertos resultan más relevantes para las ciencias sociales porque los grupos humanos forman sistemas abiertos. Así sucede, por ejemplo, en las familias, en las organizaciones y en las naciones.

Totalidad o sinergia

Según el principio de sinergia, el funcionamiento del sistema no puede entenderse sólo a partir de la suma de los elementos que lo componen, sino que la interacción entre estos genera un resultado cualitativamente distinto.

Causalidad circular o codeterminación recíproca

La acción de los distintos miembros de un sistema influye en la del resto, de modo que la conducta de ninguno de ellos es independiente del sistema en su conjunto. Además se da una tendencia a la repetición (o redundancia) de los patrones de funcionamiento.

Ordenación jerárquica

El principio de ordenación jerárquica se aplica tanto a los miembros del sistema como a las conductas determinadas. Consiste en que algunos elementos y funcionamientos tienen más peso que otros, siguiendo una lógica vertical.”

Texto tomado de internet de Alex Figueroba, psicólogo de la Universidad de Barcelona.

Esta breve introducción a la TGS nos permitirá entender mejor el planteamiento del enfoque sistémico para los organismos de agua potable y saneamiento, que se planteará completo en la siguiente parte, para mantener el artículo en las dimensiones que hemos propuesto.

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