En alguno de los artículos he escrito sobre los períodos tarifarios de facturación, pero muy de pasada sin hacer un análisis de las ventajas y desventajas, una de estas últimas, la forma en que influyen en la cartera vencida, que como ya he dicho, es de los fantasmas de la eficiencia y solvencia de los organismos operadores de agua potable y saneamiento.
En los organismos que han adoptado el período bimestral, que indudablemente representa menos trabajo, también existe el procedimiento de lectura simultáneamente a la entrega del aviso de cobro del período anterior, con lo que el proceso de facturación dura todo el mes siguiente. Esto se empeora con que, en prácticamente en todos estos organismos, está establecido que solo se pueden hacer gestiones de cobro a los usuarios rezagados, hasta que se han vencido dos períodos de facturación.
El resultado del proceso descrito es que el agua que es entregada se registra hasta los dos meses después del consumo, se factura un mes después y aunque se rezague el pago, la gestión de cobro solo se puede comenzar hasta cumplido otro ciclo de tres meses, con lo que la cobranza no puede considerarse vencida hasta seis meses después de haberse consumido el volumen entregado. Esto representa que el organismo está obligado a financiar hasta seis meses de servicio, lo que económicamente es en demérito de la capacidad del organismo operador en su flujo de efectivo.
Independientemente de este financiamiento, el riesgo es que el adeudo vencido de un usuario, que ya es de seis meses, si se prolonga un poco más, se transforme en una cartera vencida de nueve meses que fácilmente puede convertirse en impagable para un sector importante de la población, impacta en el monto de la cartera vencida y fácilmente la lleva a niveles muy importantes mostrando una aparente ineficiencia del organismo operador.
Lo curioso es que cuando se plantea a muchas autoridades locales la conveniencia de reducir la facturación a un período mensual, se da una resistencia que atiende a la suposición que ello representaría mayor trabajo y posible necesidad de más personal a lo que adicionan el argumento de que el cobro mensual perjudicará a la población de menores recursos por el pretexto, falto de sustento, de que se cobrará más y más seguido a la gente. El argumento es absurdo si se analiza adecuadamente el monto y los límites de consumo de la tarifa mensual. En cuanto al personal, un proceso de incremento de eficiencia en el sistema y programa de facturación reduce a un mínimo la diferencia de volumen de trabajo.
Pero un aspecto más importante es el de si el cobro mensual impacta desfavorablemente o no, a la población de menores recursos económicos. Pareciera una pregunta sin respuesta precisa, por lo que les planteo mi experiencia al respecto. En algún momento tuve oportunidad de conocer una estadística de FEMSA, la embotelladora de Coca Cola, según la cual el consumo de refresco en las colonias más pobres llegaba a litro y medio por día, por familia. Un breve análisis lleva a considerar que el monto de 45 litros al mes, o 90 litros bimestrales fácilmente rebasan el monto de las tarifas de servicios de agua potable de casi cualquier organismo operador. O sea, que la capacidad de pago de los usuarios probablemente esté muy subestimada. Y esto es cierto, pero solo desde una perspectiva estrictamente matemática. La otra perspectiva me fue planteada en una mesa en la discutíamos el tema en una visita a Colombia, en la que el objetivo era el conocimiento del proceso de regulación de los servicios en ese país.
Y la perspectiva es muy simple: el análisis del flujo de efectivo familiar. Efectivamente mientras más bajo es el nivel socioeconómico de una familia, su flujo es mucho más acelerado. Quien percibe rentas, recibe recursos mensualmente o en períodos más largos. Quienes perciben un sueldo fijo reciben éstos, quincenal o semanalmente. Los sueldos más bajos son los que se perciben, normalmente con menor frecuencia. Las familias más pobres, la mayoría de ellas en la informalidad viven al día. Cada día probablemente puedan comprar el litro y medio de refresco del recurso diario, pero sería imposible pensar que pudieran tener recursos para comprar bimestralmente 90 litros de refresco. Y en la misma escala, aun con salarios semanales o quincenales, no es fácil pensar que con cada percepción se guarde el equivalente para poder disponer bimestralmente del importe del servicio de agua. Por eso se rezagan en el pago y conforme aumenta el rezago se hace imposible cubrirlo aun cuando se les diera facilidades para pagarlo, lo que supone pagar el consumo actual, adicionado a los adeudos.
Lo anterior nos lleva a que mientras más frecuente se haga la facturación, es más probable que los usuarios en general puedan pagar el monto de los servicios. En Colombia estaban probando con el uso de medidores con tarjetas de pago, en los que los usuarios pudieran alimentar el pago a las tarjetas con cualquier cantidad en el momento en que dispusieran de recursos, llegando a pagar si era necesario, diariamente por el agua que necesitaran. ¿Les está dando resultado? Alejado ya del medio oficial desconozco el rumbo que el tema haya seguido, sin embargo, la conclusión es que la facturación en menores períodos es más conveniente para permitir a las familias de menores recursos cumplir con sus compromisos de pago de los servicios y evitar el crecimiento de la cartera vencida que se torna fácilmente incobrable para amplios sectores de la población.
He evitado el uso del término medidores de prepago, porque el sistema que existe en México me parece muy malo administrativamente y lesivo para los usuarios. Siendo el servicio de agua un servicio de tipo público y oficial a cargo de los municipios, aun cuando éstos concesionen el servicio a un particular, el cobro es una contraprestación del ayuntamiento y los derechos como tales, se causan en el momento de su otorgamiento y no sería legal pretender cobrarlos anticipadamente, sin embargo, el sistema de los medidores podría adecuarse programándolos para usarse sobre el consumo ya efectuado. Este aspecto del momento en que se causan los derechos me lo explicó un abogado y lo doy por bueno, no siendo en lo personal un experto en derechos fiscales.
Lo cierto es que sobre los cobros y la forma de evitar las carteras vencidas es un tema sobre el que debemos analizar, probar y aprender alternativas que apoyen las economías familiares, pero por otro lado permitan tener servicios sostenibles al alcance de toda la población.
1 comentario
Gracias Ing. Emiliano Rodriguez B.. Yo tenía argumentos contrapuestos respecto de la conveniencia de cobros bimestrales contra los mensuales. Su articulo me da mucho mas claridad.