Los seguidores del camino del corazón somos inconformistas. Los convencionales etiquetan nuestro comportamiento como errático, antisocial, irresponsable, inexplicable, y a veces extravagante. Nosotros escuchamos otras voces, respondemos a nuestros propios impulsos internos. No estamos interesados en las normas sociales; sólo nos importa seguir el camino del corazón. No importa si nadie puede entendernos, porque somos nutridos por algo que la mayoría de la gente no siente. Despertar a esta exhortación interior, y distinguir los impulsos espirituales de los meramente instintivos, es una de las metas cruciales del auto cultivo.
Todos tenemos muchas voces, personalidades, ambiciones y tendencias dentro nuestro. La habilidad de distinguir entre ellas, y la habilidad de silenciar todas las voces excepto la del corazón, es imperativa si uno ha de alcanzar este estado del ser. Una vez que uno está en contacto con el verdadero camino del corazón, una vez que lo hemos identificado, no hay dudas, y las murmuraciones de otros no pueden tener ningún efecto. El camino responde, es fácil de transitar. Uno está tan cómodo como un niño en el pecho de su madre. Uno no se inquieta, lo demás no importa.
Mientras uno más camina en el camino del corazón, más interesado está en alcanzar la perfección. Todo lo que importa es el cultivo constante, la pregunta permanente para estar en el camino del corazón. Pero tenemos que aceptar que es un sendero solitario. Hay otros que lo siguen, pero no siempre es posible encontrarlos. Es por eso que se debe ser lo suficientemente sensible para oír el llamado y lo suficientemente fuerte para caminar el solitario sendero.
1 comentario
Muy interesante y orientador es tu artículo sobre el camino del corazón. Me parece una buena reflexión para hacernos más humanos y entregados a lo que existe.