Se fue Patxi Andión

por Emiliano Rodríguez Briceño
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Se fue el cantautor, en mi opinión, más grande, de una época de grandes. Comprometido. Cuando la protesta se hacía arte y caminaba hacia el exilio más de una vez. Sin dejar de crear belleza, aun en las barricadas.

En su canción a su padre dice “ timonel de mi alma más que nadie…”

Sus canciones fueron eso para mi en muchas circunstancias “ … porque no hay salvación decía, si no es con todos…”

En su último disco “La hora lobicán” pareciera prematuramente anunciar su partida con “Que venga el olvido”. Pudimos oirla antes que prematuramente nos fuera arrancado.

Quisiera transmitir como era la música de Patxi para quienes no la conocen, pero me siento incapaz, por lo que tomo las palabras de Javier Márquez Sánchez en Efe Eme.com, describiendo dos de sus canciones:

  1. “La Jacinta (“Retratos”, 1969).

Esta es, sin más, la historia de una prostituta, temática en la que reincidirá el autor entroncando con ello con otros colegas de generación, que encontraban en la “profesión más antigua del mundo” un ámbito más de denuncia de la decadente y precaria sociedad española del momento. De hecho, la canción salió “del horno”  ya censurada, entendiendo el comité de marras que el español de bien no necesitaba recurrir al servicio de damas de lenocinio y que, por tanto, no había razón para cantar sus desventuras. En el terreno artístico, la canción pone ya en relieve lo que serán rasgos estilísticos habituales de Andión, tales como la sutileza de sus descripciones, el rítmico estribillo o el cuidado lenguaje. En el campo instrumental, por otro lado, se advierte una asimilación evidente de los juegos orquestales de la chanson francesa para marcar la emoción de la narración. En las grabaciones de estos primeros años el acordeón es un instrumento muy presente, un sonido bucólico que entronca con esa nostalgia del mar  vasco que Andión no dejará nunca de sentir desde el Rastro madrileño. En su más reciente grabación en directo, ese sonido es sustituido y elegantemente evocado por el de la armónica.

   8. “El maestro’ (“A donde el agua”, 1973).

No es difícil encontrar en internet vídeos de esta canción acompañando a escenas de la película “La lengua de las mariposas”, de José Luis Cuerda, en la que Fernando Fernán Gómez lleva a cabo una homérica encarnación de un sencillo maestro de pueblo, figura fundamental en miles de pueblos de la geografía española en esos años en los que la educación y la cultura, cuando llegaba, lo hacían bajo la atenta mirada de las pistolas. La composición es un sentido homenaje y canto de agradecimiento a aquellos hombres que hacían de sus alumnos casi unos hijos más, y que, en muchos casos, no temían nombrar a los “innombrables”, para luchar así, desde modesta pero inmensa aportación, contra el manto de olvido y silencio que pretendían imponer “los Vencedores”. Melancólica, sentida, enérgica en su versión original más por rabia del autor que por necesidad del canto, la narración concluye como años después lo hará la película: con el exilio obligado del maestro.

Hasta aquí las palabras de Javier.

Irma y yo tuvimos la oportunidad de conocer a Patxi, Gloria y su hijo Jon. Nos encontramos varias veces y tuve el honor de ser su amigo, en la medida en que se es amigo en la distancia y las diferencias de país, cultura y profesión. Durante la última vez que lo visité en Toledo, tuve la oportunidad de que cantara para mi una canción aparentemente no publicada y cuyo video conservo con cariño. Una canción sobre un tal Cristiano Quarón, marine caido en Kerbala.

Con la partida de Patxi, el mundo es un poco más pequeño.

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Enrique Torres 15 enero, 2020 - 5:07 pm

Cenar en una sidrería vasca de Madrid con él y Gloria gracias a ti ha sido un regalo inigualable, Gracias, Emiliano.

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